En el Día de las personas trabajadoras, desde el TEB reivindicamos el derecho al trabajo digno, para todas las personas.
Dejando de lado los estragos de la pandemia, los datos de 2019 muestran claramente las serias dificultades que tienen las personas con discapacidad intelectual para insertarse en el mercado laboral. Antes de la pandemia, solo 2 de cada 10 personas con discapacidad intelectual tenían un trabajo. En el resto de la población eran 7 de cada 10.
Desde el TEB, creemos en la capacidad de las personas con discapacidad intelectual y en la necesidad de potenciarlas al máximo. También estamos convencidos de que para que este esfuerzo tenga frutos, hace falta que la sociedad construya un entorno inclusivo.
Por ello, nos sumamos a la demanda de Dincat, para que la Administración promueva la incorporación del colectivo al mercado laboral. Para ello son necesarias medidas como la discriminación positiva, la compatibilidad entre prestaciones sociales y el trabajo remunerado, y una mejor regulación de la jubilación anticipada.
Adherimos al informe presentado por el sector, de 50 propuestas para avanzar hacia un modelo de inserción laboral más inclusivo y sostenible. Y en la petición de un mayor compromiso por parte de la administración pública, las empresas y la sociedad en general.
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